miércoles, junio 20, 2007

‘El Peje’ contraataca

Alvaro Cueva

Repugnante, así es La verdad sea dicha, el nuevo programa de televisión de Andrés Manuel López Obrador en TV Azteca.

¿Por qué? Porque es un infomercial que no cumple con los requisitos básicos de los infomerciales, porque carece de estructura en su manejo de contenidos y porque deja muy mal parado al señor López Obrador.

Además, porque está hecho sin la más mínima creatividad audiovisual, porque está lleno de errores y porque es un proyecto absolutamente negativo para la televisión mexicana, entre muchas otras razones más que no cabrían en esta página.

Ojo, lo que le estoy escribiendo no tienen nada qué ver con que si estoy de acuerdo o no con las ideas de ‘El Peje’. Son razones de televisión.

Y qué lástima, porque hubiera sido positivo que un ex candidato a la Presidencia de la República hubiera tenido un programa en la televisión abierta nacional para discutir asuntos de interés general.

Por si usted no vio La verdad sea dicha, déjeme se lo describo. ¿Qué es? Un escandaloso infomercial de media hora programado los martes a la 01:00 en Azteca 13.

La emisión de estreno la condujo Dolores Heredia (Los plateados) y consistió en un largo monólogo de don Andrés Manuel seguido de una sección de crítica política articulada a manera de noticiario, manejada por la comediante Jesusa Rodríguez (El juicio a Salinas), más una parte en donde la señora Heredia le pide al público que deposite dinero en una cuenta bancaria y la aclaración de que ese espacio costó 219 mil pesos más IVA.

¿Por qué esto es escandaloso? Porque jamás se había visto que un enemigo del sistema tuviera esta clase de acceso a los medios de comunicación, porque es un espacio comprado básicamente para atacar al Presidente, porque es una nota que se presta a mil y una suspicacias, porque alimenta la guerra política e intensifica la guerra entre TV Azteca y Televisa.

¿A qué me refiero cuando digo que no cumple con los requisitos básicos de los infomerciales?

A que los infomerciales tienen una estructura de repetición y ventas que no tiene ni este programa ni muchos espacios pagados por templos y farmacias que valdría la pena que evaluara la Secretaría de Gobernación.

¿Por qué La verdad sea dicha carece de estructura? Porque no hay orden, equilibrio ni ritmo entre sus partes.

¿Por qué AMLO queda mal parado con esta emisión? Porque como que nomás le soltaron la cámara para que fuera improvisando sobre la marcha un discurso basado en hablar mal de cualquier persona o empresa que no piense igual que él.

Deje usted lo que se puede decir de un hombre así, ‘El Peje’ atacó hasta a la televisora que le vendió el espacio y de ahí se la pasó brincando del Fobaproa al precio de la tortilla, de las tarjetas de crédito al “yo gané la elección” y de llamar “soldadito de chocolate” al Presidente a un “no se preocupen”. Eso es demencial. Punto.

Lo de la creatividad audiovisual es terrible. No hay elementos de postproducción, efectos, movimiento de cámaras. ¡Nada! Si un chavito presenta un trabajo así en una escuela de Comunicación, lo reprueban.

¿Qué le trato de decir cuando le digo que este proyecto está lleno de errores?

A contradicciones, como que Dolores Heredia diga que acabamos de ver a AMLO sin cortes cuando su monólogo brilló por lo excesivamente cortado que estaba, o a que ‘El Peje’ ataque a Televisa para luego montarse en imágenes de Televisa para construir un discurso contra el secretario de Hacienda.

¿Pero sabe qué es lo peor de La verdad sea dicha? El daño que le puede hacer a la televisión mexicana.

Independientemente de lo discutible que puede ser el hecho de que alguien compre tiempo de televisión para atacar a quien se le dé la gana, TV Azteca no sabe el alacrán que se echó al pecho.

Más se tardó Azteca 13 en abrir ese espacio, que los amigos de AMLO en usarlo para convocar a un boicot contra los productos de Jumex, Sabritas, Bimbo, Coca-Cola y Pepsi, que son anunciantes directos de TV Azteca y de toda la televisión nacional.

¿Puede haber algo más delicado que esto? ¿Se imagina lo que pasaría si esas marcas tomaran represalias contra TV Azteca? ¿Sabe usted el daño a nivel imagen, proyectos, empleos e industria que esto pudiera desencadenar? Es repugnante. ¿A poco no?

www.alvarocueva.com

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